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He seleccionado para la presente entrega treinta y tres poemas, entre publicados e inéditos, no por orden cronológico sino de intensidad y he querido marcar con todo ello un itinerario diferente dentro de mi obra, como quien abre un nuevo paseo en un parque, poniendo en él algunos bancos para poder detenerse y sentarse a leer.
Se trata pues de un libro de libros, y la disposición de sus poemas obedece al diseño de la Arquitectura de Jardín.
Quisiera ofrecer al futuro lector estos poemas como hacía Isabel Vidal Rodríguez, la cual acompañó a mi familia desde que se casaron mis abuelos, cuando a finales del verano salía a hacer un ramo con las flores del jardín, suelta su larga cabellera blanca sobre la ropa de dormir y se lo entregaba a un hermano de mi madre para que lo depositase en un panteón familiar.
El número treinta y tres es símbolo de amor universal, que es el redentor, el cual debe animar la vida y la obra del poeta.
María Antonia Ortega