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.La forma es la voz con la que el ensayista dirige sus preguntas a la vida. La forma del ensayo, aún tenÃa que recorrer el camino hacia la independencia trazado ya por la poesÃa. En ese camino, deberÃa hacerse cargo de la duplicidad de vivencias entre "la" vida y la "vida", entre la imagen y la significación, entre el alma y las formas, una duplicidad que impedÃa continuamente que hubiera destinoen los escritos de los ensayistas. Si el problema del destino ha determinado siempre el problema de la forma, los ensayos de "El alma y las formas" debÃan ser irónicos: el ensayista se refiere a las cuestiones más importantes de la vida desde la superficie, alejado de las profundidades de las que habla. El ensayista rechaza sus propias esperanzas de haber llegado alguna vez a lo último: "El ensayocrea por sà mismo los presupuestos de la fuerza de convicción y de la validez de lo que ha visto."