Suscríbete a nuestro boletín de novedades y recíbelo en tu email.
ConcebAƒA este tAƒA tulo, AAƒâ€+OS DE MAYOR CUANTIA, en cuanto caAƒA en que iba a tratar de rescatar unos cuantos sucesos capitales que, sin estrAƒA©pito ninguno, acabaron por configurar un carAƒA¡cter. El carAƒA¡cter de quien escuchAƒA buena parte de estas historias. O fue AƒA©l mismo quien las contAƒA . O las recordAƒA . O las imaginAƒA . Da igual.Todas las personas tenemos un sistema de computaciAƒA n de nuestras vidas mAƒA¡s allAƒA¡ de calendarios y relojes. A poco que se rasque en la intimidad de cualquiera, veremos que para sustituir el lenguaje de las fechas se suelen usar como referencias de anclaje datos vitales, rememoraciones, hechos particulares o pAƒAºblicos que nos afectaron o, al menos, quedaron por alguna razAƒA n misteriosa fijados en la memoria. Y en ocasiones un rasguAƒA o inapreciable de la vida puede crecer por su cuenta hasta colonizarnos sin pedir permiso. pasado el tiempo es cuando aprendemos que lo imprevisible pesa a menudo mAƒA¡s que lo que habAƒA amos cargado con supuesta convicciAƒA n duradera. A esos aAƒA os de mayor cuantAƒA a me refiero aquAƒA .TomAƒA¡s SAƒA¡nchez Santiago