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La muerte de un organismo es mirado como un suceso trágico, pero a nivel celular es, paradójicamente, un prerrequisito para la vida. Los organismos multicelulares han desarrollado tejidos especializados que actúan en concierto para permitir el desarrollo y la propagación del organismo. Cada célula individual, dentro de cada tejido especializado, debe funcionar armónicamente tanto con las células vecinas que la rodean como con el organismo completo. La ruptura de esta armonÃa y del sistema de control integrado a nivel celular, provoca la pérdida de la homeostasis del tejido y es responsable demuchas enfermedades. Esta pérdida de momeostasis del tejido puede ocurrir a través de sobre-proliferación celular o por una inapropiada diferenciación de la célula. Esto significa que la inapropiada muerte o la inapropiada supervivencia de las células puede también interrumpir la homeostasis del tejido, un proceso que a menudo es controlado. El estudio de la apoptosis ha revelado que los fallos enel control de este mecanismo tienen consecuencias drásticas. Células que sobreviven aberrantemente están implicadas en procesos neoplásticos y la inapropiada muerte de células puede conducir, entre otras cosas, a la neurodegeneración.