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El libro se presenta como una pieza m?s del puzle de Borau, quien, adem?s de so?ar con im?genes, tambi?n so?? con relatos capaces de cautivar a cr?ticos y ne?fitos. Un estilista y escritor vers?til que produjo una literatura heterog?nea, perspicaz, incitante, rele?ble y provocadora, que con un af?n disimulado invita a posibles lectores ingenuos a transformarse en lectores sagaces y cr?ticos ante la multirreferencialidad de sus intertextos. El eje transversal que atraviesa toda su obra, el de la soledad y la incomunicaci?n de nuestra sociedad, constituye el n?cleo de todos sus relatos en los que se define su est?tica y su visi?n del mundo. Un mundo tan personal como el de Borau. El libro se presenta como una pieza más del puzle de Borau, quien, además de soñar con imágenes, también soñó con relatos capaces de cautivar a críticos y neófitos. Un estilista y escritor versátil que produjo una literatura heterogénea, perspicaz, incitante, releíble y provocadora, que con un afán disimulado invita a posibles lectores ingenuos a transformarse en lectores sagaces y críticos ante la multirreferencialidad de sus intertextos. El eje transversal que atraviesa toda su obra, el de la soledad y la incomunicación de nuestra sociedad, constituye el núcleo de todos sus relatos en los que se define su estética y su visión del mundo. Un mundo tan personal como el de Borau.