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Miro adentro. Temo al corazÒn en el momento exacto del puÛo y la chispa. FrÄgil, la m×sica muda tu piel a ambos lados del espejo, y hay chamusgas tan negros que en mÍ pierden los nervios las estrella. âPadre! âoh, padre! âquiero que el cielo llegue a puerto! Y abrazarme al recuerso de tus ojos. Y procurar en esa costa tu cuerpo. Y estrecharlo hasta la calma... Hasta la mudez de la luz. Hasta la matriz de la piedra. Hasta el suicidio de las olas.