Suscríbete a nuestro boletín de novedades y recíbelo en tu email.
Yo os prestarÃa atención, maestros, con más frecuencia si contagiarme en demasÃa de vuestro estilo y concepto no temiera: sois peligrosos. Entiendo, aun asÃ, que, en la primera, impresionable juventud, imitaros podrÃa no estar mal, siempre, claro, que a su debido tiempo uno dejara de hacerlo. Construiré mi casa con mi cabeza y mis manos y, si no me sale fabulosa, me saldrá la casa por la cual yo me distinga y respete, y por la cual, entonces o a la larga, vosotros me distingáis y respetéis.