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A la ciudad de Gran Salto acaba de llegar un forastero. Es un tipo muy alto +casi parece un zancudo+, viste de negro y lleva puesta una ridícula chistera. Sus ojos, de un extraño color violeta, contienen todas las estrellas del cosmos. Lleva consigo una maleta pasada de moda donde guarda el destino de cuatro chicos, una cuchilla con la que cortar una sonrisa y un plan para que se deje de construir la ciudad. Ha venido a curar viejas heridas.