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En todo Estado el tema de la Administración Pública es, después del tema político, el más importante, complejo y delicado, y siempre hay que abordarlo con la máxima prudencia y equilibrio ofreciendo claves prácticas que permitan armonizar los postulados muchas veces antitéticos del Derecho del trabajo, administrativo y financiero con los imperativos de naturaleza cultural y económica de nuestro actual Estado social, democrático y de Derecho. Las personas que componen y sirven a las Administraciones Públicas son la clave de su eficacia y la esencia de la Administración. El derecho de los ciudadanos a una buena administración depende de varios factores, entre los cuales el más importante es, sin duda, su elemento humano, el personal al servicio de la Administración.