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Los itinerarios escogidos han sido aquellos con los que cualquier escalador principiante, que conozca las técnicas de progresión en nieve y hielo, debería comenzar, pues su dificultad, su exposición, su proximidad y su compromiso son los adecuados para la correcta iniciación a esta especialidad del alpinismo. Además de los tres macizos de los Picos de Europa y de las grandes montañas de la Cordillera Cantábrica, en esta guía encontrarás zonas muy concretas, algo olvidadas y solo recorridas por los alpinistas autóctonos, para de esta manera dar a conocer nuevos terrenos de aventura del alpinismo de invierno: el macizo de Alto Campoo, con la sierra del Cordel, que alberga el mayor número de corredores en su siniestra y vertical cara Norte, y con el Pico Cornón como su cima más imponente y representativa, el macizo de Fuentes Carrionas, con el Espigüete y el Curavacas, y las montañas del Alto San Glorio, olvidándonos de Peña Prieta, que, aunque es un gran terreno de juego para escalar formidables corredores, su lejanía y compromiso la desaconsejan para los que se inician en esta especialidad.