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La ciencia de la nutrición ha crecido, dificultosamente, apoyada en estudios metodológicamente complejos que le han permitido emerger de un océano de prejuicios, creencias y conclusiones prematuras enel que ha estado hundida toda la sociedad, sin excluir a los médicos. Más que soluciones se han generado controversias a partir de que se pretende hacer prevalecer la propia opinión por encima de laverdad cientÃfica, con lo que se ha desorientado a la sociedad. Algunos indicios de las limitaciones que ha tenido el conocimiento tradicional de la nutrición se muestran, por un lado, en la frecuentevariación de las recomendaciones, incluso pasando de un extremo a otro, y por el otro en la magnitud de la malnutrición con la epidemia creciente de obesidad y sus enfermedades asociadas, sin haber resuelto la desnutrición como causa de muerte y enfermedad.Los trastornos de la nutrición, por supuesto, no se limitan a la edad pediátrica, pues las abarcan a todas, pero muchos de ellos se fraguan precisamente en la infancia basten tres ejemplos: el bajo peso al nacer (indicio de desnutrición intrauterina) y su asociació