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El exiliado, el sin patria, es en todas partes un huÉsped indeseable que tiene que hacerse perdonar, a fuerza de humildad y servidumbre, su existencia . La reflexiÒn del gran Chaves Nogales remite atinadamente a una de las varias condiciones del exilio sufrido por los perdedores de la Guerra Civil espaÛola. Los redoblados esfuerzos que todo republicano hubo de acometer fuera de su patria, ya se tratara del destierro de un notable polÍtico o del de un mero espaÛol de a pie, cuya sola falta fue la de permanecer fiel al gobierno democrÄtico, dieron lugar a resultados dispares. Si bien unos lograron integrarse satisfactoriamente en sus lugares de acogida, no fueron pocos los que vivieron con el ×nico propÒsito de volver a una EspaÛa que, a la postre, no serÍa en ning×n caso el paÍs que habÍan dejado aÛos antes, un imaginario que habÍan conformado en sus recuerdos de exilio y con el que ahora les resultaba difÍcil identificarse.