Suscríbete a nuestro boletín de novedades y recíbelo en tu email.
Llego a la escuela y encuentro la puerta abierta... Delia no está en su lugar junto a la puerta como siempre. Encima de la mesa hay el café con leche sin probar. Miro hacia las escaleras y, entonces, la descubro tirada en el suelo. A su lado, hay un botón con el grabado de una serpiente, me lo pongo en el bolsillo y pienso, no me preguntéis por qué, que estoy en el escenario de un asesinato.