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A ningún contable se le ocurriría poner en duda la regla que determina que un
balance de situación debe cuadrar, es decir, que la suma del activo debe ser siempre
igual a la suma del patrimonio neto y pasivo. Esto es un axioma inviolable en
la técnica contable. Precisamente es la base de su método. Un descuadre en el
balance produciría cierto nerviosismo y perturbación en el contable al descubrir
que algo ha debido hacer mal para que esa circunstancia se haya producido.
Sin embargo, desde la óptica financiera, y debido al uso que se hace del
balance, en determinados casos, éste no cuadra cuando se confecciona como
una previsión, en vez de como reflejo de la realidad como hace la contabilidad.
Este descuadre nos aportará una información valiosísima para la gestión de la
liquidez de la empresa. No pretendemos plantear una contienda sobre cuál de
los dos planteamientos es el adecuado, el financiero o el contable. De hecho las
dos visiones son correctas. El quid de la cuestión se encuentra en la forma en la
cual se elabora y construye el balance, y en el empleo que se esté haciendo del
mismo. Más adelante el lector podrá entender la razón.
Introducción
¿Cuánto dinero necesita la empresa para funcionar o cuánto le
sobra?
Desarrollo del modelo de las necesidades operativas de fondos
y el fondo de maniobra
Procedimiento a seguir
Conclusiones
El modelo NOF ante situaciones concretas