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SÃ, las catedrales son del pueblo. Y las iglesias parroquiales, también son del pueblo. ¿De quién van a ser? ¿De los señores obispos, arzobispos, por primados que sean y ejerzan, cabildos, canónigos,o de los párrocos, aunque hayan conseguido sus parroquias en propiedad El papa Francisco proclama con devoción y fervorosamente la desclericalización y desespicopalización de las catedrales, es decir, de la Iglesia en general, de la que ellas son santo y seña monumentales y privilegiadas. Las catedrales las construyó el pueblo-pueblo. Con sus propias manos y con alguna que otra ayuda de los nobles y reyes. Con espiritualidad, devoción y piedad. Después, y como siempre o casi siempre acontecÃa y acontece, serÃan los obispos quienes las aprovecharÃan para ubicar en ellas sus sedes -cátedras- y,por fin, sus cenotafios o sepulcros propios o de sus familiares y amigos.