Suscríbete a nuestro boletín de novedades y recíbelo en tu email.
Para el abandono siempre hace falta un lugar, o una persona que actúe como un nicho, o una casa cuyo patio parezca un corazón en movimiento. Lázaro, por ejemplo, murió tres veces, una por cada hija que no le nació hijo, y Adela, su mujer, le siguió los pasos en cada ocasión. Morirse para los demás y seguir vivos, qué herencia. Aurora, Marcela y Valentina, las mujeres que tuvieron que ser hombres y no lo fueron, viven y mueren como pueden, buscando la salida del lugar del abandono. Los abandonos es una novela escrita con los recursos de la poesÃa, una historia que entra en el cuerpo de quien lee, haciéndole pensar que pertenece a la familia del chófer del General, que si introduce la mano en la página podrá coger uno de los huesos de cereza que Marcela pinta y llama pecados, o que sicierra los ojos verá los animales con los que Valentina sueña.