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Muy acorde con este libro será recordar, para aplicarla a Angel García López, una cita del poeta árabe andaluz Abu Ishag: Si yo llamase a las palabras, acudirían humildes, como el prisionero acude a la llamada del que le cautivó.+ García López las llama. Y las palabras acuden no sé si humildes como el prisionero acude a la llamada, pero sí hermosas y como cautivadas a la fiesta del poema. Leopoldo de Luispalabra que se derrama como un chorro de agua vital que circula por las hondas galerías del subconsciente con la trémula presencia de un mensaje balbuceante.Guillermo Díaz-PlajaUn libro suntuoso en el que el poeta, en el dominio libérrimo de su maestría, ensaya ritmos, metros, juega con el versículo, mezcla lo narrativo y lo epigramático, evoca una Al-Andalus de arrayanes y fuentes, de laúdes y doncellas veladas, y evoca a la vez su infancia de posguerra: metáforas, en fin, de lo perdido en el tiempo. Felipe Benítez Reyes