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1968. Gracias a su tes?n, Am?n ha conseguido convertir sus tierras ?ridas en una finca floreciente. Ahora pertenece a una nueva burgues?a que prospera, organiza fiestas y se divierte: contempla el porvenir con optimismo. A su esposa Mathilde, en cambio, todo ese bienestar material no logra arrancarle la certeza de haber perdido los mejores a?os de su vida durante la guerra y, luego, cuidando de lacasa y de Aicha y Selim, sus hijos. Pero al Marruecos independiente le cuesta consolidar su nueva identidad, a caballo entre el arca?smo y la ilusoria tentaci?n de la modernidad occidental, entre laobsesi?n por la imagen que uno da de s? mismo y las heridas de la verg?enza. En ese agitado periodo, que oscila entre la represi?n y el hedonismo, los j?venes deber?n pronunciarse, hallar su voz y sucamino.