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En las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX se produjo en España un importante crecimiento cultural y cientÃfico en lo que se conoce como la Edad de Plata de la cultura española. Ese cambio se sustentó en una transformación de la enseñanza, que integró a sus planes de estudio los avances que se venÃan produciendo en el campo de la ciencia, tanto en las naturales como en las humanÃsticas. En este libro se describe cómo España se incorporó a los métodos cientÃficos en los estudios lingüÃsticos, basados en el comparativismo, el darwinismo y el positivismo, y cómo estas doctrinas influyeron en la enseñanza de la lengua y la literatura en la secundaria y en la universidad. Auspiciado por el nacionalismo romántico, el estudio de las lenguas experimentó un notable desarrollo, construyendo un objeto de estudio propio, con unas normas internas que permitÃan conocer su formación y su evolución. Gracias a estos cambios, se pasó de instruir a jóvenes que dominaban la retórica y la poética con la que construir bellos discursos para ascender en la escala social decimonónica, bien como polÃticos, abogados o eclesiásticos, a educar la sensibilidad, la apreciación de la belleza, la construcción del discurso y la capacidad crÃtica.