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En este ensayo nos proponemos analizar los actos de destrucción patrimonial llevados a cabo por el ISIS que, lejos de ser meros estallidos de barbarie, fueron plenamente deliberados y ejecutados como parte de su agenda estratégica y de acuerdo a una doble instrumentalización. Mientras que la destrucción de enclaves arqueológicos de miles de años de antigüedad de época preislámica responde a motivaciones tanto propagandísticas como económicas bajo un falso imperativo religioso, la eliminación de lugares de culto todavía frecuentados por las minorías (santuarios, iglesias y sinagogas) y que son menos conocidos en Occidente forma parte de un esfuerzo premeditado para alterar el tejido demográfico mediante la completa aniquilación de toda diversidad étnica y ...