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Los tumores malignos ocupan el tercer lugar entre las principales causas de muerte, sólo por debajo de los decesos por enfermedades del sistema circulatorio y enfermedades endocrinas, nutricionales y metabólicas.
Abatir la mortalidad por cáncer debe contemplar , de forma obligada, educación para la salud, prevención de las exposiciones a carcinógenos, en especial al tabaco, detección en etapas presintomáticas y diagnóstico precoz. Sin embargo, hoy día los pacientes se presentan con enfermedad clínica que amerita tratamiento el cual, de forma óptima, debe ser de carácter multidisciplinario, a fin de evitar la muerte y mantener la calidad de vida.
Aunque no existe duda que los deslumbrantes conocimientos de la biológica molecular han contribuido a la mejor compresión de la enfermedad y al desarrollo de sofisticados tratamientos, la cirugía es la base sobre la cual otras modalidades de tratamiento hacen sus contribuciones.
Sin soslayar la gran importancia del tratamiento médico y de la radioterapia, la cirugía ha recibido menor atención, a pesar de su papel fundamental en diagnóstico, prevención, tratamiento y paliación del cáncer y a pesar de los avances sustantivos en materia de cirugía profiláctica, cirugía conservadora de funciones, cirugía de mínima invasión, reconstrucción microvascular, cirugía radioguiada y cirugía robótica..