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El paciente anciano, constituye de acuerdo con los datos de la literatura, el principal usuario de los
servicios de urgencias hospitalarios.
Se estima que alcanza cifras medias del 25% del total de las urgencias asistidas. A ello se suma la mayor existencia de patología a esta edad, el hecho de haber
aumentado la expectativa de vida del anciano, lo que propicia que el anciano acuda con mayor frecuencia
a solicitar asistencia urgente.
Dentro de los ancianos, las mujeres tienen unos valores superiores en este tipo de asistencia que los hombres. Y dentro de las patologías por las que se consulta destacan las patologías pulmonar o cardíaca, es decir, aquella del bloque médico-quirúrgico y de la traumatológica a continuación.
En la asistencia prehospitalaria, alcanza unos valores similares, de un 22%. Si hay que destacar el empleo
superior de fármacos y de ambulancias como medios de transporte al hospital.
Es importante en orden a
disminuir el número de urgencias, el papel a desarrollar por la asistencia primaria en cuanto a valoración
de factores de riesgo y necesidad de proporcionar un adecuado soporte de atención domiciliaria.
Los estudios publicados indican que predisponen a una mayor demanda de asistencia urgente, los
ingresos económicos reducidos, el bajo nivel educacional y la soledad.
En esta línea cada vez se pone más de manifiesto el buen resultado del funcionamiento en urgencias de las unidades de consulta geriátrica, dirigidas por médicos y enfermeras con la formación apropiada.
Dentro de esta pertinencia aparece el presente manual, recogiendo estas patologías descritas y otras que, no por ser menos frecuentes, son menos importantes.
Todo ello expuesto de un modo práctico y didáctico, para saber qué y cómo aplicar en cada momento, y
que deseamos pueda aprovechar convenientemente.