Suscríbete a nuestro boletín de novedades y recíbelo en tu email.
El comercio exterior de las empresas, tiene dos frentes de acción claramente definidos: la inversión directa (en ambos sentidos, o sea, inversión de un país en el extranjero, o recepción de inversiones foráneas), con o sin desplazamiento de mercancías, y la exportación/importación de mercancías y servicios.
También muchos analistas incorporan como uno de los aspectos de la internacionalización, a la cooperación empresarial internacional (que al fin y a la postre o se plasma en inversión, o en flujos import/export).
Estos frentes de acción internacional requieren
una regulación, al mismo nivel, o sea, a nivel internacional, de las actividades que van a tener
lugar.
Entre ellos la circulación del dinero, seguridad jurídica, impacto medioambiental, discriminación, máxima armonización, normativas sobre inversiones exteriores de los distintos países, posibles barreras, legislación comercial y aduanera