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Podemos definir la integración como el proceso mediante el cual varios estados soberanos acuerdan voluntariamente poner en práctica una serie de medidas encaminadas a intensificar sus relaciones económicas, proceso que implica unión de países previamente separados y que esperan beneficiarse del bloque resultante.
Existen diferentes grados de integración económica, que van desde la mera existencia de relaciones comerciales normales entre naciones independientes hasta la completa unificación de sus economías.
La constante proliferación y la importancia creciente de los acuerdos comerciales preferenciales (ACP), no ya entre países afines geográficamente, como venía siendo natural, sino entre países dispares en el contexto socioeconómico, que en los últimos 20 años se ha cuadruplicado el número de ACP, hasta llegar actualmente a alrededor de 300 acuerdos activos.
Por otro lado, el contenido de los ACP sigue evolucionando y su profundidad aumenta,
reflejando cambios importantes en la economía mundial (ya no tienen exclusivamente contenido comercial, de regulación de flujos comerciales entre países, sino que abarcan otros contenidos de índole económico, político, medioambiental, etc.).