Suscríbete a nuestro boletín de novedades y recíbelo en tu email.
El paciente neurológico grave requiere para su manejo integral de un monitoreo estrecho y a profundidad que tiene como objetivo poder detectar de manera temprana y oportuna cualquier alteración fisiopatológica que comprometa aún más la función, la integridad y la estabilidad de un sistema nervioso central ya de por sí lesionado. Por este motivo, en los últimos años se han desarrollado varios dispositivos que tienen como objetivo evaluar diferentes marcadores de función neurológica, como son el flujo sanguíneo cerebral, la relación aporte–consumo de oxígeno, la función metabólica, la temperatura y las estructuras cerebrales, desde un punto de vista anatomofuncional. Lo anterior ha dado origen a un sinnúmero de publicaciones que evalúan en diferentes escenarios las múltiples variables de monitoreo que, como marcadores, nos ayudan a dirigir el diagnóstico y de esta manera un manejo adecuado. La medicina intensiva y la anestesiología tienen como área de interés común el abordaje del paciente neurológico en un continuo que debe interrelacionarse, ya que comparten un buen número de procedimientos diagnósticos y te